martes, 8 de junio de 2010

Mavet celebró su 17° Aniversario

El Museo de Artes Visuales y del Espacio del estado Táchira (Mavet), se vestió de gala el jueves 10 de junio para conmemorar su decimoséptimo (17°) aniversario en el Auditorio “Valentín Hernández” de este centro cultural.

En la celebración les fue impuesta la Medalla de Honor “Valentín Hernández Useche” a los pintores Rafael Ulacio Sandoval, Freddy Pereira, Néstor Melani Orozco, Pedro Barrientos, Rafael Useche, Rafael Sánchez y Haydeé Contreras, quienes durante las décadas de los 50, 60, 70 y 80 enriquecieron el patrimonio cultural a través de la producción, formación y promoción de las artes plásticas en el Táchira.

De igual forma se otorgó un reconocimiento al artista Ender Rodríguez, por su trabajo como investigador y promotor del patrimonio cultural de la región y al programa televiso Encontrarte de Venezolana de Televisión por la difusión dada al quehacer artístico de la entidad y de Venezuela.

La festividad contó con la participación del ensamble vocal femenino Escuela de Canto Coral Libertad (Funescoralli), dirigido por la profesora Johana Sayago. Esa misma noche el Mavet inauguraró la exposición “El Arte Moderno de las décadas 60, 70, y 80 en el Táchira” (YOHAN QUIROZ)

1 comentario:

  1. Magnífica conmemoración en ocasión del 17 Aniversario. ¡Ad multos annos!

    ÁFRICA

    Pablo Mora

    Con cielo azul tan callado,
    con su sangre de palmera
    con su risa tan ligera,
    con su amor encabritado,
    lleno de azul el costado
    en reverbero de espuma
    el negro canta y se suma,
    con nudo entre la garganta
    el negro en su noche canta,
    el negro canta y se ajuma.

    Tamba, tamba, tamba, tamba,
    tamba del negro que tumba,
    tamba del negro que arrumba,
    tamba que tamba y caramba,
    tamba del negro, ¡qué tamba!
    El negro ajuma y encanta,
    sobre sus pies se levanta,
    tambor de cuero y madera,
    gris armadura guerrera,
    el negro se ajuma y canta.

    Con patria dulce por fuera
    y muy amarga por dentro,
    con patria para el encuentro,
    con su verde primavera,
    el negro se desespera,
    corre, viene, vuela y va
    y no te entiende por na.
    Si tú supiera, mulata,
    por qué anudado en garganta
    el negro canta y se va.

    ¿Por qué la noche africana,
    por qué el negro tamba y tumba,
    por qué el negro zamba y zumba,
    por qué llora la mañana,
    por qué el negro se amilana,
    por qué su mano no afloja,
    por qué su garganta roja,
    por qué su mano tendida,
    por qué su llanto y herida,
    por qué la noche africana?


    ¿Por qué la noche africana?
    Pregunta el negro y la brisa
    y el mar y Juan sin camisa.
    ¿Por qué la noche tan grana,
    por qué tanta resolana,
    por qué el impasible duelo,
    por qué el llanto en el pañuelo,
    por qué la arena tan sola,
    el barco, el alma y la ola,
    por qué tan triste su cielo?

    ¿Por qué la noche africana?
    Pregunta el negro y el blanco
    y el negrito y su potranco
    y el timonel, la sabana,
    la caña y su tierra llana.
    ¿Por qué? Lo pregunta el viento,
    el soldado, el regimiento,
    el mestizo corazón,
    la balada y la canción
    y el cocotal sentimiento.

    ¿Por qué la noche africana
    y su estrella marinera
    y su gente carpintera
    y su cuaderno y su plana
    y su gloria soberana?
    ¿Por qué no alabar su gracia,
    su coraje y su constancia,
    las ceibas y sus penachos,
    los pobres con sus muchachos
    y el arenal de su infancia?

    ¿Por qué la noche africana,
    por qué lo preguntan tanto,
    por qué lágrima y quebranto,
    por qué la pregunta afana,
    por qué, barcarola hermana,
    por qué la noche africana?
    Reclama la turba humana
    la causa del desconcierto.
    Sólo un asunto muy cierto
    para tan noble africana.

    Azulosa por la noche,
    entre aluvión, selva y tuna,
    sirena negra de luna,
    va su sombra a troche y moche
    y aunque parezca derroche
    el África en paz descansa
    y en fervorosa alabanza
    va ilumina que ilumina
    mientras el mundo se inclina
    ante su inmensa labranza.

    ¿Por qué la noche se empaña,
    por qué Yambambó no canta,
    Mamatomba se agiganta,
    Yambambé llora y se extraña
    Y Serembó casi araña?
    ¿Por qué la noche africana,
    por qué yambó sin su ruana?
    El África en paz enciende
    la noche sobre el que entiende
    que sólo ella es soberana.



    pablumbre@hotmail.com

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